Carta Abierta a Gerardo Morales: Amigo, ¿somos iguales ante la ley?

Querido Gerardo, te escuché al borde del llanto y con un profundo dolor por lo que le pasa a tu familia. Lo primero que quiero decirte es que desde el más sincero cariño que te tengo te abrazo y comprendo tanto que estoy segura, no te imaginas. Entiendo la frustración y la impotencia que significa ver sufrir a alguien que querés a raíz de calumnias e injurias, entiendo la tristeza y bronca que te debe causar ver que alguien a quien querés es deshonrado/a y por supuesto entiendo que busques justicia con tanto ahínco. ¿Sabés por qué te entiendo? Porque vi a amigos/as y gente muy querida por mí sufrir el escarnio y acusaciones falsas, he visto a afectos míos caer en la oscuridad más horrible, como la que vos describiste hoy en radio Mitre, por denuncias falsas. Los/as he visto llorar ríos y querer simplemente morir porque no pueden ver a sus hijos ó por ser víctimas de mentiras en un juzgado o un expediente judicial.

¿Cómo no voy a comprender desde mi corazón lo que te está pasando, si he visto a personas que quiero, caer en depresión, ver suprimidos los elementales y reconocidos derechos de los niños/as y adolescentes por gente mala e inescrupulosa que calumnia e injuria sin más que el objetivo de dañar?

Amigo mío, desde luego que te abrazo con empatía porque sé lo que es tratar de contener a un ser querido porque se quiere suicidar a raíz de una injusticia. ¡¿Cómo no te voy a comprender?!

Pero ¿sabés? vos tenés más “suerte” que todos ellos de los que te hablé. Porque no todos, amigo, se llaman Gerardo Morales y no todos logran que las personas que te agraviaron sean investigados urgentemente, no todos logran que en un abrir y cerrar de ojos aquellos que según el fiscal fueron responsables de tanto dolor, sean encarcelados y que en menos de 3 meses de acontecido el presunto agravio ya vayan a juicio oral y público.

No todos esos padres/madres/abuelos/abuelas logran siquiera que los conozca un juez/a y menos que a alguien del sistema judicial se le ocurra verificar si las denuncias son verdaderas ó falsas y no importa si presentás o no pruebas para mostrar tu inocencia, esa inocencia no vale para jueces, secretarios, defensores oficiales de los derechos del niño/a y adolescente, no importa, a nadie le importa, mientras no se llamen Gerardo Morales, no importa.

Todas esas personas que conozco y quiero no tuvieron la misma “suerte” que vos y tu familia, amigo. Gerardo, tuviste la suerte que te toquen jueces veloces y fiscales aún más rápidos. Tuviste la suerte de que quien debía defender los derechos de tu pequeña hija por lo menos no copiara y pegara resoluciones sin errores tales como llamar niño a una niña ó niña a un niño, de tanto copiar y pegar y no reparar en el caso en particular. Bueno, tuviste la suerte que no te tocó una defensora de los derechos del niño que no sea pariente de un funcionario, y a lo mejor sólo por eso está donde está, qué se yo, qué decirte… tuviste suerte.

Tuviste suerte, amigo, que no te tocó un/a juez/a que quedó en quinto ó sexto lugar en el orden de mérito en el concurso para acceder al cargo, que reconozco impusiste vos como requisito, pero que terminó primera por obra y gracia de… no sé de quién y que tal juez/a sea a su vez pariente de otro/a juez/a que también es pariente de otro/a juez/a y así hasta el infinito. Entonces, nada importa, sólo que llegó a ser juez/a y los casos que resuelve no son de un tal Gerardo Morales, que a la por cierto fue gobernador y envió ternas para designar jueces y todo eso que ya conocemos, no?

Amigo mío, tuviste la suerte de que quienes te agraviaron fueran detenidos con tal celeridad que te reconozco, me sorprendió. Y ¿sabés por qué me sorprendió? Porque hay quienes tienen prontuarios eternos que viven en total libertad en Jujuy y no van a juicio y nadie los encarcela, habiendo cometido delitos aberrantes, pero insisto, qué decirte… Es raro, pero te juro amigo, que pasa eso, y pasa porque las víctimas de esos delincuentes no se llaman Gerardo Morales, no ejercieron el poder Ejecutivo Provincial, no enviaron ternas para designar jueces y por supuesto tampoco tienen ni tuvieron, ¿tuvieron?, el poder.

¿Sabés la cantidad de gente que espera justicia? ¿Sabés la cantidad de gente que fue agraviada, deshonrada, injuriada, descalificada que vive hundida en una tristeza infinita porque los juzgados que vos creaste, muy buena tu intención, copian y pegan sentencias o perimetrales ó dejan dormir el sueño de los justos a resoluciones de la Cámara de alzada? Pero los diputados que eran “tus” diputados jamás presentan un juicio político contra esos funcionarios del sistema judicial, porque al final, si no se llama Gerardo Morales la víctima, a nadie le importa en realidad.

¿Tenés derecho a tener justicia? ¡¡¡Pero claro!!! Lo que no me queda claro es cómo en una causa que te tiene como coprotagonista se le acepta rápidamente un psicodiagnóstico para demostrar el daño psicológico y la lesión (violencia de género) causada a la persona afectada, así sin más, y en las causas de los que no se llaman Gerardo Morales no sólo no aceptan o no dan por válidos psicodiagósticos sino que tardan años en designar a un profesional para que haga los peritajes pertinentes, y no sólo eso, sino que algunos dicen que no y hay que volver a empezar con el “tramiterío” y los escritos y las resoluciones que demoran meses y meses, mientras tanto, esa tristeza y oscuridad, los ataques de pánico y la depresión que vos tan bien describiste que le pasa a la persona que vos amás, se profundizan cada segundo, cada minuto, cada día, cada semana y cada mes que pasa muriendo de a poquito cada día. Y sí, tuviste suerte amigo. Esos amigos/as y afectos míos, no.

Y no pongas de excusa que “la justicia está actuando” y esas frases hechas. Porque, querido Gerardo, tal como lo estás viviendo: Pueblo chico, infierno grande.

En fin, espero de todo corazón que todo esto pase, que puedas reparar el daño que le hicieron a tu familia, porque de verdad te tengo un profundo cariño. Quiero que sepas que mi solidaridad es total para con vos, pero también quiero que sepas que si la Justicia no es igual para todos, pues no es Justicia y vos tuviste la oportunidad de cambiar eso enviando leyes a la Legislatura. Es más, podrías utilizar tu conocimiento en la política para que se sancionen proyectos de ley que protejan a los que son injuriados y denunciados falsamente sólo para que no puedan ver a sus hijos/as y nietos/as. Porque por todo lo que te conté, es evidente que si no te llamás Gerardo Morales, la justicia es injusticia cuando es lenta y tardía.

Te envío un enorme abrazo con el afecto de siempre.

Rosario Agostini

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