La exdirigente kirchnerista Milagro Sala, al inicio de la primera audiencia en el juicio en su contra por supuestas amenazas, denunció elevando la voz, que la causa “está armada y con una sentencia ya dictada”, endilgándoles culpas a funcionarios del gobierno provincial. Además señaló diferencias con sus asesores legales Luis Paz, Paula Álvarez Carrera y Elisabeth Gómez Alcorta y los había echado.
Minutos después, cuando el tribunal se disponía a tomar una decisión y tras una breve charla con sus defensores, Sala dio marcha atrás y pidiendo disculpas reestableció su relación con los letrados, dando inicio a la primera audiencia. Argumentó que su reacción fue por las sanciones que habían recibido sus abogados en los días previos, ratificándolos como sus defensores.